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Alimentación de los cinco mil(A)

13 Al oírlo Jesús, se apartó de allí, él solo, en una barca a un lugar desierto. Cuando la gente lo supo, lo siguió a pie desde las ciudades. 14 Al salir Jesús, vio una gran multitud, tuvo compasión de ellos y sanó a los que de ellos estaban enfermos. 15 Cuando anochecía, se acercaron a él sus discípulos, diciendo:

—El lugar es desierto y la hora ya avanzada. Despide a la multitud para que vayan por las aldeas y compren algo de comer.

16 Jesús les dijo:

—No tienen necesidad de irse; dadles vosotros de comer.

17 Ellos dijeron:

—No tenemos aquí sino cinco panes y dos peces.

18 Él les dijo:

—Traédmelos acá.

19 Entonces mandó a la gente recostarse sobre la hierba; y tomando los cinco panes y los dos peces, y levantando los ojos al cielo, bendijo, y partió y dio los panes a los discípulos, y los discípulos a la multitud. 20 Comieron todos y se saciaron; y recogieron lo que sobró de los pedazos, doce cestas llenas. 21 Los que comieron fueron como cinco mil hombres, sin contar las mujeres y los niños.

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Misericordia gratuita para todos

55 «¡Venid, todos los sedientos, venid a las aguas!
Aunque no tengáis dinero, ¡venid,
comprad y comed!
¡Venid, comprad sin dinero y sin pagar, vino y leche!
¿Por qué gastáis el dinero en lo que no es pan
y vuestro trabajo en lo que no sacia?
¡Oídme atentamente: comed de lo mejor
y se deleitará vuestra alma con manjares!
Inclinad vuestro oído y venid a mí;
escuchad y vivirá vuestra alma.
Haré con vosotros un pacto eterno,
las misericordias firmes a David.
He aquí que yo lo di por testigo a los pueblos,
por jefe y por maestro a las naciones.
He aquí, llamarás a gente que no conociste
y gentes que no te conocieron correrán a ti
por causa de Jehová, tu Dios,
y del Santo de Israel, que te ha honrado.

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Jacob lucha con el ángel en Peniel

22 Se levantó aquella noche, tomó a sus dos mujeres, a sus dos siervas y a sus once hijos, y pasó el vado de Jaboc. 23 Los tomó, pues, y les hizo pasar el arroyo a ellos y a todo lo que tenía. 24 Así se quedó Jacob solo; y luchó con él un varón hasta que rayaba el alba. 25 Cuando el hombre vio que no podía con él, tocó en el sitio del encaje de su muslo, y se descoyuntó el muslo de Jacob mientras con él luchaba. 26 Y dijo:

—Déjame, porque raya el alba.

Jacob le respondió:

—No te dejaré, si no me bendices.

27 —¿Cuál es tu nombre? —le preguntó el hombre.

—Jacob —respondió él.

28 Entonces el hombre dijo:

—Ya no te llamarás Jacob, sino Israel, porque has luchado con Dios y con los hombres, y has vencido.

29 —Declárame ahora tu nombre —le preguntó Jacob.

—¿Por qué me preguntas por mi nombre? —respondió el hombre.

Y lo bendijo allí mismo.

30 Jacob llamó Peniel a aquel lugar, porque dijo: «Vi a Dios cara a cara, y fue librada mi alma.»

31 Ya había pasado de Peniel cuando salió el sol; y cojeaba a causa de su cadera.

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Clemente y misericordioso es Jehová,
lento para la ira y grande en misericordia.
Bueno es Jehová para con todos,
y sus misericordias sobre todas sus obras.

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14 Sostiene Jehová a todos los que caen
y levanta a todos los oprimidos.
15 Los ojos de todos esperan en ti
y tú les das su comida a su tiempo.
16 Abres tu mano
y colmas de bendición a todo ser viviente.
17 Justo es Jehová en todos sus caminos
y misericordioso en todas sus obras.
18 Cercano está Jehová a todos los que lo invocan,
a todos los que lo invocan de veras.
19 Cumplirá el deseo de los que lo temen;
oirá asimismo el clamor de ellos y los salvará.
20 Jehová guarda a todos los que lo aman,
pero destruirá a todos los impíos.

21 La alabanza de Jehová proclamará mi boca.
¡Todos bendigan su santo nombre
eternamente y para siempre!

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La elección de Israel

Verdad digo en Cristo, no miento, y mi conciencia me da testimonio en el Espíritu Santo, que tengo gran tristeza y continuo dolor en mi corazón, porque deseara yo mismo ser anatema, separado de Cristo, por amor a mis hermanos, los que son mis parientes según la carne; que son israelitas, de los cuales son la adopción, la gloria, el pacto, la promulgación de la Ley, el culto y las promesas. A ellos también pertenecen los patriarcas, de los cuales, según la carne, vino Cristo, el cual es Dios sobre todas las cosas, bendito por los siglos. Amén.

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